Bananos curvos y su regulación en la UE

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Para muchos una medida inconsistente, para otros una imposición con claros intereses comerciales de fondo. Los bananos curvos han sido uno de los puntos de debate en las reuniones de la UE (Unión Europea). Específicamente, el tema fue tratado hace algunos meses atrás en una de las maratónicas jornadas de Bruselas.

De acuerdo a un artículo generado por el británico Tim Worstall, existen algunos factores importantes a tener en cuenta. Según el escritor de esas líneas, las industrias locales han exigido una intervención. Y la asociación ecónomica y política por excelencia de la actual de realidad del “viejo continente” lo hizo.

La prohibición acerca de la comercialización de los bananos curvos ha sido uno de los fantasmas en los salones europeos. Al parecer, la curvatura del maravilloso fruto forma parte de ciertos requerimientos establecidos. Es por eso que al momento de ser clasificados, existen dos grandes grupos claramente marcados en éste sentido.

En el primero de esos agrupamientos se integran aquellos bananos curvos normales, con un ángulo de características estándar. Son los que se mantienen bajo los parámetros habituales que desde hace años regulan la importación del producto en países europeos.

En el segundo de los conjuntos, pueden mencionarse a aquellos bananos curvos en exceso. Son los que presentan deformaciones excesivas y articulaciones fuera de lo común. En una determinante clasificación, los europeos consideran al último de los grupos descritos como no aptos para el consumo humano.

La reglamentación establece entonces pautas a través de una norma de calidad del producto. Es así que el destino de los bananos curvos en exceso está signado en la participación de procesos industriales.

Teniendo en cuenta lo mencionado con anterioridad, puede asimilarse entonces que se ha tomado un clásico seguimiento de los modelos de clasificación básicos. Es lo mismo que ocurre con otras industrias que son reguladas en un mundo cada vez más globalizado. Y, ciertamente, no varían demasiado de la histórica clasificación que se ha venido utilizando de manera libre.

 

Bananos curvos que aportan a la industria en carácter de insumos

 

La diferencia radica ahora en que los papeles avalan en el viejo continente lo que antes se clasificaba directamente en contacto con el producto. Es cierto que la reglamentación en cierta forma es favorable.

Se trata de un intento de regulación internacional que colabora con la diferenciación exclusiva de los productos de calidad extrema del resto. Sin embargo, no se puede dejar de apreciar que las industrias europeas fueron precursoras de la idea.

En definitiva, logran así su objetivo de explotar las bondades de los bananos curvos que no superen los estándares de calidad como insumos para productos finales. Más allá de lo expresado en la regulación generada por la UE en Bruselas, se estima que como siempre ha sucedido, es el propio mercado el que establece pautas.

Se trata de una absurda burocracia de acuerdo a la opinión de algunos y de una necesidad desde la óptica de otros. Considerando todas las apreciaciones, lo cierto es que sigue siendo un tema recurrente. Cabe recordar que en el año 1994 se dieron los primeros pasos a través del Reglamento Número 2257/94 del día 16 de septiembre.

Las posteriores incorporaciones y modificaciones del citado Reglamento han aportado algunas variantes dirigidas generalmente a marketing dentro de la comercialización de bananos.

Seguramente la clasificación de los bananos curvos seguirá siendo un tema recurrente. Excesivamente deformes algunos y dignos para ser comercializados otros. Ambos seguirán conformando el grupo de uno de los productos orgánicos más demandados del planeta.

Lo dijo Tim Worstall en su publicación del sitio web Forbes.com y posee cierta lógica. Las personas son, en definitiva, las que establecen una estrecha relación comercial en la que oferta y demanda predominan. Aunque en éste caso, con cierto respaldo basado en la regulación de la UE sobre los bananos curvos.